En la reciente Cumbre de Activos Digitales celebrada en la Casa Blanca, Michael J. Saylor, presidente ejecutivo de Estrategia, presentó una visión audaz para que Estados Unidos lidere la economía global del siglo XXI mediante la adopción estratégica de activos digitales. Saylor enfatizó que, con el marco adecuado, el país podría «enriquecer a nuestros ciudadanos, empoderar a nuestras empresas, dominar la economía global y saldar la deuda nacional». Según sus estimaciones, el beneficio económico potencial oscilará entre 60 y 100 billones de dólares en la próxima década, acompañado de un impacto espiritual significativo y duradero.
Para materializar esta visión, Saylor propuso una taxonomía clara de los activos digitales, eliminando confusiones y fomentando la innovación. Esta clasificación incluye cuatro categorías principales: tokens digitales, respaldados por utilidades digitales para impulsar la creación de capital; valores digitales, respaldados por activos tradicionales como acciones o materias primas, destinados a mejorar la eficiencia del capital; monedas digitales, respaldadas por monedas fiduciarias para facilitar el comercio digital y mantener la supremacía del dólar; y productos digitales, como Bitcoin, que carecen de un emisor central y están respaldados por poder digital, sirviendo para la preservación y apreciación del capital.
Saylor destacó que millones de empresas e individuos en Estados Unidos podrían acceder rápidamente a los mercados de capital mediante la emisión de tokens digitales a través de plataformas de intercambio digitales. Además, la emisión de valores digitales permitiría que acciones, bonos y materias primas circulen globalmente las 24 horas del día, los 7 días de la semana, a través de redes informáticas y dispositivos móviles. Las monedas digitales emitidas por entidades estadounidenses garantizarían que el dólar siga siendo fundamental en el comercio global, posicionando a Estados Unidos como líder financiero mundial. Asimismo, Bitcoin, como la mercancía digital dominante, serviría como estándar global para la preservación del capital, atrayendo billones de dólares en flujos de capital hacia el país.
Para alcanzar estos objetivos, Saylor abogó por principios fundamentales que incluyen el derecho de los emisores a crear y emitir activos sin requerir aprobación previa de los reguladores, y el derecho de las plataformas de intercambio a custodio, comercializar y transferir activos digitales sin obstáculos. También enfatizó la importancia de la divulgación justa, el comportamiento ético y la responsabilidad civil y penal para todos los participantes del mercado. Según Saylor, al establecer protocolos financieros superiores, Estados Unidos puede liderar el mundo en finanzas digitales, atraer capital global y servir como base para la economía del futuro.
Saylor instó a poner fin a las políticas fiscales hostiles hacia la industria de las criptomonedas ya fomentar la transformación digital de la economía. Propuso que el gobierno apoye a los principales bancos para que custodien y financien activos de Bitcoin, y que la industria sea reconocida como legítima y tratada de manera justa por las instituciones financieras tradicionales y los organismos gubernamentales. Esta estrategia, según Saylor, transformaría y potenciaría la economía estadounidense en la próxima década, posicionando al país como líder indiscutible en la era digital.
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