Los mercados estadounidenses cerraron la semana con una recuperación notable, impulsados por señales optimistas desde la Casa Blanca respecto a un posible acuerdo comercial con China. El S&P 500 ganó un 1,6%, mientras el Dow Jones subió más de 600 puntos y el Nasdaq repuntó en igual medida. Esta remontada llegó tras declaraciones del presidente Trump, quien aseguró ser “optimista” sobre futuras negociaciones con Pekín. Sin embargo, los analistas advierten que este tipo de declaraciones suelen generar alivios temporales que no disipan del todo la ansiedad estructural que pesa sobre los inversionistas.
La semana fue una auténtica montaña rusa para los índices bursátiles. El jueves, los mercados se desplomaron por temores ante el rumbo de la política comercial estadounidense: el S&P 500 cayó un 3,46%, mientras el Nasdaq perdió más del 4%. En contraste, el miércoles había sido histórico, con un repunte del 9,52% en el S&P, el tercero más alto desde la Segunda Guerra Mundial. Estos saltos reflejan la alta sensibilidad del mercado ante cada anuncio político. Un ejemplo claro es cómo la simple extensión de 90 días en los aranceles “recíprocos” bastó para cambiar el rumbo del mercado en pocas horas.
Los aranceles implementados por la administración Trump están reconfigurando las relaciones comerciales globales. Actualmente, los productos chinos enfrentan un arancel del 145%, mientras que otros países, como México y Canadá, están parcialmente protegidos por acuerdos bilaterales. China no se quedó de brazos cruzados y respondió con aranceles que van del 84% al 125% sobre productos estadounidenses. Este juego de tensiones ha llevado al VIX —índice del miedo— a niveles superiores a 50, un claro reflejo del nerviosismo reinante. El costo de esta estrategia es doble: por un lado fortalece el discurso proteccionista, pero por otro mina la confianza empresarial internacional.
En este contexto, la Unión Europea ha decidido intervenir enviando a su representante comercial a Washington para buscar acuerdos que calmen las aguas. Aunque podría leerse como una señal de distensión, también es una respuesta a la creciente incertidumbre. Darrell Cronk, del Wells Fargo Investment Institute, advirtió que esta pausa de 90 días en los aranceles solo prolonga la indecisión. La amenaza de una nueva ola de sanciones sigue latente, lo que complica las decisiones de inversión a largo plazo tanto para corporaciones como para inversionistas minoristas.
A pesar de la alta volatilidad, los tres principales índices se encaminan a cerrar la semana en positivo: el Nasdaq lidera con una ganancia cercana al 5%, seguido del S&P 500 con un 3,3% y el Dow con un 2,7%. Sin embargo, el panorama de fondo sigue siendo preocupante. Desde la imposición inicial de aranceles en abril, el S&P ha perdido más del 7%. Además, los últimos datos de confianza del consumidor revelan un fuerte deterioro, mientras que la inflación anticipada alcanzó niveles no vistos desde 1981. Los mercados celebran, pero el riesgo persiste: esta euforia podría ser tan efímera como la tregua arancelaria que la motivó.

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