El segundo trimestre de 2025 ha puesto a prueba la rentabilidad de la minería de Bitcoin. De acuerdo con TheMinerMag, el costo mediano de minar un BTC ya supera los 70.000 dólares, un aumento significativo frente a los 64.000 del trimestre anterior y los 52.000 del último trimestre de 2024. Este incremento se atribuye principalmente al alza en el hashrate global y el encarecimiento de la electricidad. Para muchos mineros, esta nueva cifra representa una delgada línea entre mantenerse rentables o quedar fuera del juego, sobre todo si sus operaciones no son eficientes o están en regiones con tarifas energéticas elevadas.
Aunque el precio actual de Bitcoin ronda los 107.635 dólares, lo que proporciona un margen de ganancia saludable en apariencia, la situación es más compleja. Los cálculos de TheMinerMag excluyen elementos como la depreciación de los equipos, el mantenimiento o los ingresos por servicios de hosting a terceros, lo que puede distorsionar la percepción real de rentabilidad. Empresas con equipos obsoletos o ineficientes están en desventaja, pues sus costos operativos superan con facilidad los beneficios, especialmente cuando dependen exclusivamente de la minería como fuente de ingresos.
Frente a este panorama, mantener bajos los costos de la flota se ha convertido en una estrategia vital. Las compañías públicas están priorizando la eficiencia del hashcost, es decir, el costo por unidad de cómputo. En promedio, este valor se mantuvo en 34 dólares por PH/s en el primer trimestre, pero algunas firmas como Terawulf y Bitdeer experimentaron aumentos del 25% o más, impulsados por alzas en los precios de la energía. Terawulf, por ejemplo, pasó de pagar 0,041 a 0,081 dólares por kWh, duplicando su gasto energético en solo un año.
La presión del mercado no solo se refleja en los centros de datos, sino también en la bolsa. Las acciones de las compañías mineras han mostrado un comportamiento divergente. Firmas como IREN, Core Scientific, Bit Digital y Cipher Mining han sido premiadas por los inversores con subidas de dos dígitos, gracias a sus apuestas en diversificación de ingresos. Estas compañías han comenzado a ofrecer servicios como alojamiento de inteligencia artificial y computación de alto rendimiento, demostrando que ampliar el portafolio de negocio es un factor clave para sobrevivir en este entorno volátil.
Otras empresas como Canaan y Bitfarms han visto desplomarse el valor de sus acciones más del 21%, al mantener un modelo de negocio dependiente exclusivamente de la minería de Bitcoin. Este contraste subraya una nueva realidad en el sector: ya no basta con minar eficientemente, ahora es imprescindible adaptarse e innovar. Las firmas que logren integrar nuevas líneas de ingresos y optimizar sus operaciones tendrán mayores probabilidades de prosperar, incluso cuando los costos sigan escalando.
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