La intervención del fiscal federal interino Jay Clayton en el caso penal contra Michelle Bond, esposa del exejecutivo de FTX Ryan Salame, ha generado gran interés. En lugar de avanzar hacia un juicio, Clayton solicitó oficialmente una prórroga de siete días bajo la Ley de Juicio Rápido, con el objetivo de permitir conversaciones que podrían conducir a una “resolución sin juicio”. Esta maniobra legal sugiere una posible negociación que beneficiaría a ambas partes al evitar la exposición mediática y los costos de un proceso largo. Aunque aún no hay acuerdo formal, la estrategia apunta a una salida diplomática.
Michelle Bond fue acusada en agosto de 2024 por delitos relacionados con el financiamiento de su campaña para el Congreso en 2022. Sus abogados sostienen que existió un pacto verbal de no iniciar acción penal como parte del acuerdo de culpabilidad de su esposo, Ryan Salame. Este argumento, aunque delicado, podría inclinar la balanza hacia la desestimación de cargos. Si se comprueba la existencia del acuerdo no escrito, la Fiscalía enfrentaría una controversia ética y legal que debilitaría su posición. Sin embargo, demostrar un acuerdo verbal en el contexto federal es una tarea compleja.
La solicitud de Jay Clayton destaca por su simbolismo. Es una de las pocas ocasiones en las que interviene directamente desde que asumió como fiscal interino del Distrito Sur de Nueva York en abril. Su historial como expresidente de la SEC aporta un matiz adicional al caso, mostrando un perfil técnico y diplomático en su enfoque hacia crímenes financieros vinculados al ecosistema cripto. Su posible rol como mediador sugiere una voluntad institucional de cerrar capítulos pendientes de la saga FTX sin más ruido judicial.
Por otro lado, el caso de Bond no puede analizarse sin revisar la historia de Ryan Salame. Tras declararse culpable, fue condenado a más de siete años de prisión, y en el proceso alegó que se le prometió que no se juzgaría a su esposa si colaboraba. Aunque luego retiró su moción para anular su acuerdo, el argumento persiste como sombra jurídica. Si Bond logra una salida sin juicio, reforzaría la idea de que se cumplió parte de esa promesa tácita, lo cual plantea interrogantes sobre la transparencia de los acuerdos judiciales relacionados con FTX.
Mientras Bankman-Fried, Ellison, Singh y Wang cumplen penas tras el colapso de FTX, el expediente de Bond permanece como una de las últimas piezas del escándalo. Resolverlo sin juicio sería conveniente para una Fiscalía que busca pasar página, pero también podría generar críticas sobre favoritismo o falta de rigor. La expectativa ahora recae en las próximas audiencias, donde se revelará si esta posible resolución busca justicia eficiente o simplemente silenciar un capítulo incómodo en la historia reciente del criptomercado.
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