En el epicentro del cambio tecnológico financiero, el Banco Nacional Suizo (SNB) ha esbozado audazmente sus planes para emprender un proyecto piloto de moneda digital de banco central mayorista (CBDC) en la plataforma digital SIX del país. Este avance, lejos de ser un mero experimento, ha sido descrito por el presidente del banco, Thomas Jordan, como «dinero real equivalente a las reservas bancarias». El objetivo principal de esta iniciativa, de acuerdo con Jordan, es probar transacciones genuinas con los actores del mercado.
Este anuncio hecho por Jordan en el foro Point Zero es indicativo de una tendencia global en la que los bancos centrales están investigando la implementación de versiones digitales de sus monedas. Esta tendencia ha surgido como una respuesta a la disminución del uso de efectivo, una evolución que se ha visto acelerada por la pandemia del COVID-19. En este contexto, la estrategia del SNB es innovadora y a la vez cautelosa.
Es importante destacar que este proyecto piloto de CBDC está dirigido principalmente al uso entre bancos (uso mayorista), dejando a un lado, por el momento, la versión al público minorista. Jordan insinuó que no descartan la idea de una CBDC minorista, pero por ahora son prudentes al respecto. La estrategia del SNB refleja una voluntad de adaptarse a las nuevas tendencias financieras sin precipitarse en un territorio desconocido.
En contraposición, no todos los bancos centrales se muestran tan entusiastas con la idea de las CBDCs. El caso de Estados Unidos es particularmente notable, donde el gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, se muestra escéptico respecto a la necesidad de una CBDC. Waller ha expresado que la propuesta de una versión digital del dólar es una solución en busca de un problema. Esta diferencia de opiniones revela la naturaleza incierta y desafiante de la economía digital.
No obstante, hay países como China, Japón, Brasil y Australia que están siguiendo de cerca a Suiza en el desarrollo de CBDCs. La decisión del Banco Nacional Suizo de avanzar con este proyecto piloto muestra un compromiso con la evolución digital del sistema financiero, a pesar de su enfoque cauteloso en cuanto a una versión minorista de la CBDC. En resumen, este movimiento puede ser un hito importante en la senda hacia la digitalización del sistema financiero global.