La Justicia de Estados Unidos ha presentado cargos contra dos ciudadanos rusos, Alexey Bilyuchenko y Aleksandr Verner, por su presunta participación en el infame hackeo del exchange de criptomonedas Mt. Gox en 2014. Se estima que alrededor de 850,000 bitcoins (BTC) fueron robados en el asalto, de los cuales Bilyuchenko y Verner presuntamente lavaron aproximadamente 647,000 BTC. El caso marca otro hito en la larga historia de delitos cibernéticos asociados con las criptomonedas.
Los cargos presentados contra Bilyuchenko y Verner subrayan la gravedad del robo y su impacto en la economía de las criptomonedas. En su momento, Mt. Gox era el mayor exchange de bitcoins del mundo, y su insolvencia en 2014 envió ondas de choque a través del espacio cripto. Según informes, los hackers obtuvieron acceso no autorizado al servidor de Mt. Gox en septiembre de 2011 y continuaron robando bitcoins hasta mayo de 2014.
Las recientes acusaciones son solo la última evolución en el caso de Mt. Gox. Previo a esto, se había prometido una devolución parcial de los fondos a las víctimas, la cual estaba programada inicialmente para la primera mitad de 2023, pero luego se pospuso para finales de octubre del año en curso. Esta noticia proporciona alguna esperanza a las víctimas, aunque también resalta las dificultades inherentes a la resolución de tales delitos cibernéticos.
Para encubrir y liquidar los bitcoins robados, Bilyuchenko y Verner supuestamente establecieron un contrato de publicidad fraudulento con una empresa de corretaje de bitcoins en Nueva York. A través de este contrato, los acusados lograron transferir los fondos robados a cuentas en el extranjero, mientras que la empresa de corretaje recibió «créditos» en otra plataforma de comercio de criptomonedas.
En un giro adicional, Bilyuchenko también enfrenta cargos por trabajar con Alexander Vinnik para operar la plataforma BTC-e, la cual supuestamente facilitaba el lavado de ingresos ilegales. Esto incluyó los fondos robados de Mt. Gox y posiblemente otras actividades delictivas. El cierre de BTC-e por las autoridades en julio de 2017 subraya la creciente determinación de los gobiernos para combatir el cibercrimen asociado con las criptomonedas. Sin embargo, la verdadera identidad de los operadores detrás de los movimientos misteriosos de 10,000 BTC desde una de las wallets «dormidas» de BTC-e en 2022, aún permanece en el aire. En conclusión, el caso subraya la importancia de la seguridad en las operaciones de criptomonedas y los desafíos que enfrenta la industria para prevenir y resolver delitos cibernéticos.