Citadel Securities, una de las firmas de trading más grandes del mundo, ha emprendido una batalla legal contra la startup de criptomonedas Portofino Technologies. La firma acusa a dos de sus exejecutivos, Leonard Lancia y Alex Casimo, de haber robado secretos comerciales para impulsar su nueva empresa. Esta acusación, presentada en Nueva York, es la última en una serie de disputas legales que han surgido en el floreciente sector de las criptomonedas, donde la competencia es feroz y las reglas del juego aún están en proceso de definición.
Citadel alega que Lancia y Casimo «participaron en un plan descarado» para sustraer información patentada mientras desarrollaban Portofino. Según la denuncia, la dupla mintió a sus colegas y «asaltaron las filas de los empleados de Citadel Securities». La firma busca llevar a juicio el caso para determinar los daños monetarios y posible restitución. Hasta el momento, los acusados no han emitido comentarios sobre las acusaciones.
En el centro de la disputa está la recaudación de fondos de Portofino Technologies. La startup, fundada en abril del año pasado, anunció en septiembre que había conseguido 50 millones de dólares de inversión. Su valoración, sin embargo, no ha sido revelada. La empresa dice haber desarrollado tecnología para el comercio de alta frecuencia de activos digitales, y sostiene haber gestionado miles de millones de dólares en intercambios de criptomonedas centralizados y descentralizados.
Citadel sostiene que los fundadores de Portofino ya estaban trabajando en su nueva empresa seis meses antes de notificar a Citadel sobre su intención de renunciar. Según la denuncia, no dejaron dudas sobre cómo estaban utilizando los secretos comerciales de Citadel. En un pitch deck, Citadel afirma que encontró a los fundadores alardeando de que el objetivo de Portofino era replicar el modelo de negocio de Citadel en los mercados de criptomonedas.
Esta demanda pone de manifiesto los desafíos que enfrenta el sector de las criptomonedas en términos de regulación y ética empresarial. La acusación de robo de secretos comerciales, si se demuestra, podría tener graves consecuencias para Portofino y sus fundadores. Al mismo tiempo, el caso muestra la intensa competencia en la industria de las criptomonedas y la necesidad de un marco regulatorio más claro que proteja la propiedad intelectual mientras promueva la innovación.