El reciente retroceso de ADA ha reavivado el debate sobre la influencia que la era Trump ha ejercido en el sector cripto. Charles Hoskinson, fundador de Cardano, sostiene que el impulso previsto para 2025 se transformó en un “abrazo aplastante” que distorsionó la dinámica tradicional del mercado. El ingreso masivo de capital especulativo, ejemplificado en compras impulsivas tras anuncios políticos, habría desalineado los precios de los fundamentos. Este fenómeno, aunque temporal, expone la vulnerabilidad de altcoins como ADA ante ciclos irracionales dominados por operadores cortoplacistas.
Las consecuencias de este desorden han sido evidentes. El ciclo de cuatro años, históricamente un patrón fiable para anticipar movimientos alcistas, parece haberse interrumpido. Según Hoskinson, la falta de convicción de los inversores minoristas debilitó los intentos de recuperación, dejando un impulso frágil y altamente dependiente del sentimiento general. Un ejemplo claro es la reacción desmedida del mercado tras declaraciones pro-cripto, donde ADA registró saltos breves seguidos de fuertes correcciones. Este comportamiento pone en relieve la desconexión entre narrativa y valor real, afectando la capacidad del activo para sostener tracción alcista.
A nivel técnico, la situación de Cardano presenta señales mixtas. La ruptura del soporte de 0.51 dólares —mantenido durante casi un año— intensificó la presión bajista sobre la línea de tendencia que ha guiado los mínimos del ciclo. Sin embargo, el RSI acercándose a la zona de sobreventa indica un agotamiento de vendedores, escenario que históricamente ha precedido rebotes significativos. Esto sugiere que, pese a la debilidad momentánea, ADA aún conserva espacios relevantes para una recuperación progresiva, especialmente si retoma su estructura de mínimos ascendentes.
El panorama también muestra riesgos concretos. El MACD continúa divergente a la baja, lo que indica que el impulso bajista sigue vigente y podría desplazar el precio hacia la zona clave de los 0.33 dólares. Esta área, considerada por varios analistas como un “suelo psicológico”, representaría una caída adicional del 25 %. No obstante, de respetarse esta demanda, ADA podría reactivar un patrón de triángulo simétrico, históricamente asociado a rupturas alcistas. Este escenario abriría la puerta a un retorno hacia los 1.35 dólares y, en una extensión optimista, hacia los 3 dólares, equivalente a un repunte del 585 %.
A pesar de la incertidumbre, la tesis alcista de largo plazo no está descartada. Hoskinson afirma que el mercado aún absorbe los efectos de un entorno que evolucionó de forma precipitada, mientras legisladores y desarrolladores se adaptan a nuevas regulaciones y flujos de capital institucional. Además, narrativas como posibles ETF cripto y la emisión de bonos corporativos respaldados por altcoins fortalecen la percepción de que ADA podría alinearse nuevamente con sus fundamentos. Si el mercado depura la especulación de corto plazo, Cardano tendría espacio para reconstruir un impulso más sólido y sostenible.
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