El prestamista de criptomonedas, Celsius, enfrenta un dilema financiero y legal de gran envergadura. Su última decisión de asignar $25 millones obtenidos de la venta de la empresa israelí de autocustodia GK8 a gastos legales revela la complejidad de sus retos. Acorralado por demandas y multas, Celsius está empleando estrategias desesperadas para mantener a flote la empresa que un día fue considerada un jugador estratégico en el sector de préstamos criptográficos.
Los titulares de la Serie B, los acreedores y Celsius llegaron a un acuerdo el 17 de julio sobre cómo se distribuiría esta cantidad. Dicha conciliación surge del «deseo mutuo» de las partes de evitar litigios costosos y un prolongado proceso de confirmación, que resultaría en más gastos legales. Al parecer, todos ganan: los acreedores se benefician, los deudores encuentran cierto respiro y los tenedores de la Serie B logran evitar un proceso engorroso y caro.
Sin embargo, la imagen no es completamente positiva. Los accionistas propusieron destinar solo $1 millón de los ingresos de la venta para los tenedores. Mientras tanto, los restantes $24 millones se destinarían a cubrir gastos legales. Esta distribución pone de relieve la precaria situación financiera de Celsius y la magnitud de los desafíos legales que enfrenta.
Estos desafíos provienen de múltiples frentes. La SEC, la CFTC y la FTC han presentado demandas contra Celsius, con la FTC imponiendo una multa de $4.7 mil millones. El antiguo CEO, Alex Mashinsky, fue detenido y liberado bajo una fianza de $40 millones, y se declaró inocente de los cargos de engaño a los clientes e inflación del símbolo Celsius [CEL].
El camino a seguir para Celsius está lleno de incertidumbre. Mientras los desafíos legales persistan, la compañía deberá lidiar con una serie de obstáculos financieros y operativos. Las partes interesadas observarán con interés el desenlace de la audiencia del 18 de julio en Nueva York, buscando indicios sobre la supervivencia y el futuro de esta otrora prometedora empresa de criptopréstamos.