Continua el escándalo FTX: Sobre el colapso de un gigante de las criptomonedas

La fallida criptobolsa FTX ha entrado en un nuevo capítulo de su saga de desaparición, al reclamar la restitución de más de mil millones de dólares en efectivo y acciones de Sam Bankman-Fried, el fundador y antiguo consejero delegado de la compañía, y otros altos ejecutivos. Esta acción es la última de una serie de medidas tomadas por la nueva administración para recuperar los activos malversados en una clara desviación de la ética empresarial. Las denuncias apuntan a movimientos financieros de dudosa legalidad que tuvieron lugar incluso después de que la compañía se volviera insolvente.

 

Documentos judiciales revelan cómo FTX emitió acciones por valor de más de 725 millones de dólares a Bankman-Fried, Gary Wang, ex director de tecnología, Nishad Singh, director de ingeniería, y Caroline Ellison, ex directora ejecutiva de Alameda Research. Estas acciones, según alega la demanda, se repartieron de manera sospechosa, con 447,8 millones de dólares llegando a manos de Singh y registrándose como un préstamo entre Singh, Alameda Research y FTX.

 

A esto se suma la afirmación de que FTX transfirió alrededor de 5 millones de dólares para la compra de bienes inmuebles, y que Allen «Joe» Bankman, padre de Bankman-Fried, recibió 10 millones de dólares para «gastos legales». La narrativa que emerge es la de un desvío sistemático de fondos sin intención de compensación, lo que cuestiona la integridad y la capacidad de gestión de los altos ejecutivos.

 

La crisis se agudiza con las acusaciones de que Bankman-Fried ordenó modificar el código de la bolsa para permitir saldos negativos en las cuentas, una práctica que, en teoría, FTX había prohibido. Esto permitió a la criptobolsa operar sin aparentes problemas mientras su déficit se disparaba. Caroline Ellison, en marzo de 2022, estimó en privado que el déficit de efectivo de FTX superaba los 10 mil millones de dólares.

 

En última instancia, los acusados parecen haber creado un entorno en el que disfrutaban de un poder «prácticamente ilimitado» para supervisar las transferencias de activos fiduciarios y criptoactivos, y para tomar decisiones de contratación y despido sin controles efectivos. El resultado es un amargo ejemplo de cómo la falta de transparencia y responsabilidad puede dar lugar a abusos de poder y colapsos financieros en el campo de las criptomonedas. A pesar de todo, Bankman-Fried se mantiene firme, negando las acusaciones y logrando la desestimación de algunos cargos, un indicio de que la última palabra en este caso aún no se ha dicho.

 

 

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