La actual debilidad del dólar está generando serias preocupaciones entre los inversores a nivel global. Como lo anticiparon estrategas financieros, la tendencia a la baja del dólar estadounidense se concretó con los recientes datos de inflación. La disminución más rápida de la inflación en Estados Unidos, comparada con Europa y Asia, combinada con un rezago en el incremento de las tasas por parte de otros bancos centrales, ha resultado en una depreciación del dólar frente al euro y las monedas asiáticas.
El declive del dólar no tiene precedentes recientes. El jueves pasado, el billete verde tocó su nivel más bajo en 15 meses tras la última lectura del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este dato reveló que los precios al consumidor aumentaron en junio a su ritmo más lento desde marzo de 2021. Es un contraste sorprendente respecto al año pasado, cuando el índice del dólar alcanzó un máximo de 20 años. Hoy, se mantiene justamente por debajo de 100, un desplome significativo que ha dejado a los inversores perplejos.
Paradójicamente, la depreciación del dólar puede tener un impacto positivo en ciertos aspectos económicos. Por ejemplo, en momentos de debilidad del dólar, se ha observado una correlación con el impulso en los precios de los activos. Las multinacionales estadounidenses, en particular, pueden beneficiarse de esta situación, ya que la disminución del valor del dólar facilita la venta de sus productos y servicios en el extranjero. Es una de las razones por las que las acciones se han estado comprando agresivamente, a pesar del pesimismo generalizado.
Sin embargo, existen dudas sobre cuánto tiempo podría continuar esta tendencia. Según JC Parets, presidente y fundador de Allstarcharts.com, las acciones podrían tener dificultades si el dólar se fortalece en los próximos meses. Por ahora, no hay evidencia clara de una tendencia alcista sostenible, pero si esto sucediera, los efectos se sentirían en los mercados de acciones e incluso en Bitcoin, que podría ser beneficiado por un dólar más débil.
Por último, las consecuencias del debilitamiento del dólar sobre el precio del petróleo aún son inciertas. Algunos estrategas creen que los inversores en petróleo están más centrados en el débil crecimiento de la demanda y en los recortes de producción de la OPEP y Rusia. Las tasas de interés reales más fuertes podrían estar agotando la demanda de los inversores, lo que compensaría el efecto del dólar debilitado. Aún así, los futuros del West Texas Intermediate y Brent subieron casi un 2% el jueves, sugiriendo un panorama complejo y en constante evolución.






