En un movimiento audaz y polémico, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha firmado un proyecto de ley que prohíbe la utilización de una moneda digital de banco central (CBDC) en el estado. La decisión, que ha suscitado un intenso debate en el panorama financiero, parece estar motivada por la creencia de DeSantis de que los CBDC son una forma de «política de moda» que amenaza la independencia financiera. Con la ley, Florida establece un precedente significativo al definir claramente el dinero excluyendo los CBDC.
DeSantis ha argumentado que la implementación de un CBDC permitiría al gobierno monitorear y controlar las transacciones de los estadounidenses de una manera que él considera inaceptable. Sugirió que un CBDC podría ser utilizado para limitar ciertos tipos de compras, como combustible o armas, y para rastrear transacciones en tiempo real. Aunque este tipo de supervisión financiera puede ser vista como invasiva por algunos, otros argumentan que podría ser un medio efectivo de combatir el lavado de dinero y otras actividades delictivas.
El gobernador ha sido un crítico constante de los CBDC, y ha acusado a la administración del presidente Biden de querer «desplazar y eliminar otros tipos de activos digitales, como las criptomonedas». Sin embargo, al hacerlo, DeSantis ignora la posibilidad de que los CBDC y las criptomonedas puedan coexistir, proporcionando a los ciudadanos una variedad de opciones para la gestión de sus activos digitales.
A pesar de su oposición a los CBDC, DeSantis ha demostrado apoyo a otros tipos de monedas digitales. Recientemente, anunció que Florida aceptaría Bitcoin como pago de impuestos estatales, pero solo de empresas, no de contribuyentes individuales. Esta decisión subraya su apoyo a la independencia financiera y a la privacidad, pero también plantea preguntas sobre la volatilidad y la seguridad de las criptomonedas.
Con DeSantis liderando las encuestas como posible nominado del Partido Republicano y su reciente libro que expone su postura contra la «política de corrección política», es evidente que su legislación contra los CBDC está vinculada con su visión política más amplia. Sin embargo, este debate pone de manifiesto la necesidad de una discusión más profunda y matizada sobre la implementación de monedas digitales y su impacto en la sociedad.