El colapso de FTX, el exchange de criptomonedas, sigue siendo noticia mientras se desentrañan los detalles de sus acuerdos de marketing con celebridades. En documentos judiciales relacionados con su quiebra, se reveló que FTX pagó sumas significativas a estrellas como Shaquille O’Neal, Naomi Osaka, David Ortiz y Trevor Lawrence por promocionar la plataforma. Si bien estas asociaciones de alto perfil ayudaron a FTX a ganar notoriedad, también han desatado controversias legales.
Por un lado, estos pagos proporcionaron una exposición masiva a FTX, atrayendo la atención de una amplia audiencia. Shaquille O’Neal, por ejemplo, recibió cerca de $750,000 por su respaldo. Sin embargo, esto también plantea preguntas sobre la ética y la legalidad de promocionar productos financieros sin la debida transparencia y regulación. O’Neal y Osaka enfrentaron una demanda colectiva por promover cuentas de interés que se alega eran valores no registrados.
El informe también destaca el derroche de FTX en promociones y publicidad, desde comprar derechos de nombre de estadios deportivos hasta anuncios costosos en eventos como el Super Bowl. Estas estrategias podrían haber contribuido a su colapso financiero. A medida que FTX busca recuperar fondos de sus promotores para saldar sus deudas, se plantea la incertidumbre sobre cuánto podrán recuperar y si esto resolverá sus problemas financieros de manera efectiva.
Este caso pone de relieve la creciente intersección entre celebridades y criptomonedas, destacando la necesidad de regulaciones más estrictas en la promoción de activos financieros en un espacio cada vez más complejo y riesgoso. La lección que queda es que, incluso en el mundo de las criptomonedas, la transparencia y el cumplimiento son esenciales para proteger a los inversores y mantener la integridad de la industria.