La creciente inflación en Argentina y Turquía ha llevado a los ciudadanos de ambos países a buscar refugio en las criptomonedas, alejándose de sus monedas locales en declive. La adopción de monedas digitales es especialmente prominente en estas naciones, donde Turquía lidera el mundo con una tasa de propiedad del 27,1% y Argentina sigue de cerca con un 23,5%, superando significativamente la tasa global del 11,9%, según la firma de investigación GWI.
Las altas tasas de inflación y los controles de capital en ambos países han llevado a sus monedas locales, el peso y la lira, a caer a mínimos históricos, y han impulsado la adopción de criptomonedas en busca de estabilidad financiera. Las monedas estables, como USD Coin (USDC) y Tether (USDT), vinculadas uno a uno con activos tradicionales como el dólar estadounidense o el oro, se han convertido en alternativas populares para aquellos que buscan protegerse contra la devaluación de la moneda.
Ehab Zaghloul, científico jefe de investigación de Tribal Credit, sugiere que las personas están recurriendo a activos vinculados a monedas más fuertes como el dólar estadounidense para protegerse contra la devaluación de sus monedas locales. La analista de Kaiko, Dessislava Aubert, destaca que el volumen de operaciones para el par USDT-lira turca alcanzó un máximo de varios meses la semana pasada, impulsado por la debilidad de la moneda turca y las próximas elecciones históricas.
Los expertos de K33 Research señalan que la adopción de criptomonedas tiende a ser más alta en países con restricciones de capital, inestabilidad financiera e inestabilidad política. A pesar del reciente aumento del 72% en el valor de Bitcoin, alcanzando los $30,000, su nivel más alto en 10 meses, los volúmenes generales de negociación aún no han regresado a los niveles vistos en verano pasado, después de una serie de colapsos en el mercado de criptomonedas.
Los datos de Kaiko revelan que los volúmenes de negociación al contado de Bitcoin son más altos durante el horario de apertura de EE. UU., con pocos cambios desde 2022. Este fenómeno ilustra cómo las criptomonedas pueden actuar como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre económica y política, ofreciendo una alternativa atractiva a las monedas locales en declive.