En el marco de la Semana del Clima y la Asamblea General de las Naciones Unidas, la discusión sobre sostenibilidad se entrelazó con la innovación tecnológica, destacando cómo la digitalización puede acelerar la transición hacia un futuro más verde. En Axios House, los expertos coincidieron en que la Inteligencia Artificial (IA) ya está mostrando resultados tangibles. Por ejemplo, las redes eléctricas inteligentes permiten equilibrar la producción de energía solar y eólica en tiempo real, evitando desperdicios y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles. Este tipo de avances evidencian que la tecnología puede convertirse en un aliado estratégico para la descarbonización.
Uno de los sectores más beneficiados es la agricultura, donde la IA aplicada a la agricultura de precisión ha logrado reducciones de hasta un 30-40 % en el uso de fertilizantes y agua en proyectos piloto. Este ahorro no solo disminuye costos para los agricultores, sino que también contribuye a disminuir la contaminación de suelos y acuíferos. Sin embargo, expertos señalan que aún existen barreras como la falta de acceso a estas herramientas en comunidades rurales y los altos costos iniciales de implementación, lo que limita la adopción masiva de estas prácticas en países en desarrollo.
En paralelo, la conversación también se centró en los centros de datos, responsables de aproximadamente el 1 % del consumo eléctrico mundial. El caso de Europa es ilustrativo: más del 70 % de los operadores de hiperescala ya emplean energías renovables, mientras que innovaciones como la refrigeración líquida y la reutilización del calor empiezan a fijar nuevos estándares de eficiencia. El desafío está en trasladar estas prácticas a regiones donde el acceso a energías limpias es más limitado, ya que de no hacerlo, la creciente demanda digital podría aumentar significativamente la huella de carbono.
Asimismo, el uso de herramientas digitales ESG basadas en blockchain y IA está ganando protagonismo. Estas soluciones permiten a las empresas monitorear con mayor precisión sus emisiones de carbono, automatizar la divulgación de datos ambientales y garantizar la transparencia en la cadena de suministro. Ejemplos de su aplicación se observan en sectores como la moda y la logística, donde los consumidores demandan mayor trazabilidad. Aun así, los críticos advierten que depender excesivamente de sistemas automatizados sin marcos regulatorios sólidos podría dar pie a datos incompletos o manipulados.
El encuentro en Axios House dejó claro que el futuro de los criterios ESG será tanto digital como sostenible. La combinación de inteligencia artificial, energías renovables y soluciones blockchain ofrece un camino prometedor para enfrentar los desafíos climáticos. No obstante, persiste la necesidad de equilibrar los beneficios de la innovación con la inclusión tecnológica y la regulación adecuada. Solo de esta manera se garantizará que estas herramientas digitales impulsen no solo el crecimiento económico, sino también un impacto ambiental positivo y medible a nivel global.
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