Contrario a lo que muchos piensan, los pequeños inversores no han abandonado las criptomonedas, simplemente han evolucionado. Vugar Usi Zade, COO de Bitget, expuso en la conferencia Consensus de Toronto que el perfil minorista ya no busca ganancias rápidas, sino herramientas con valor real. Esta madurez responde a las lecciones duras del mercado bajista posterior a la euforia de 2021, donde muchos perdieron capital. Hoy, los usuarios optan por plataformas con propuestas funcionales, como Bitget Pay, que permite usar criptoactivos en el día a día, sin depender exclusivamente de la especulación.
La incertidumbre económica global, amplificada por decisiones políticas como las de la administración Trump en 2025, también ha forzado a los inversores a ser más cautos. “La gente ya no apuesta por impulso. Están invirtiendo con más inteligencia”, afirmó Usi Zade. La volatilidad de los mercados tradicionales, sumada al aumento del costo de vida, ha recortado los ingresos disponibles para invertir. Sin embargo, en vez de retirarse, los usuarios buscan seguridad, utilidad y diversificación. Un ejemplo es el auge de las monedas estables, que ofrecen estabilidad sin abandonar el ecosistema descentralizado.
La transformación de Bitget va más allá de adaptarse: busca liderar. Al integrar soluciones como Bitget Onchain y servicios de pago cripto, la empresa abre la puerta a un uso más cotidiano de los activos digitales. Esto permite que la adopción avance más allá del entorno especulativo, haciendo de las criptomonedas un medio de pago viable para el usuario promedio. Con un volumen de operaciones superior a los $3.4 mil millones diarios y más de 800 criptomonedas disponibles, Bitget se posiciona como un actor clave en este nuevo modelo de inversión pragmática.
Además, los exchanges descentralizados (DEX) están cobrando protagonismo, representando casi el 10% del mercado de derivados. Estas plataformas permiten acceso anticipado a tokens emergentes, un atractivo para quienes buscan oportunidades exclusivas sin depender de grandes entidades centralizadas. Aunque ofrecen libertad y anonimato, también conllevan riesgos como la falta de soporte técnico y mayor exposición a fraudes. No obstante, para muchos, la descentralización representa una vía directa hacia la innovación y autonomía financiera.
Finalmente, Usi Zade propone que los clásicos ciclos de auge y caída del cripto ya no existen como antes. En su lugar, el mercado experimenta episodios mixtos, donde la euforia y la cautela conviven. Bitcoin, que sigue operando con su lógica única, es ejemplo de ello. Atrae a inversores institucionales mediante ETFs, pero también se ve afectado por factores externos como decisiones políticas o mensajes en redes sociales. Esta nueva era exige una mentalidad más estratégica. En lugar de huir, el inversor minorista se adapta, explora nuevos usos y redefine su presencia en el criptoespacio.