La Reserva Federal ha decidido mantener sin cambios su tasa de interés interbancaria en un rango entre 4,25% y 4,5%, tras tres recortes consecutivos desde septiembre de 2024. Esta decisión sugiere una postura más cautelosa frente a la inflación, ya que en su comunicado omitió la afirmación anterior de que los precios estaban acercándose al objetivo del 2%. El mercado laboral sigue siendo sólido, con una tasa de desempleo estable, lo que podría justificar una política menos agresiva. Sin embargo, los inversores esperaban señales más claras sobre posibles recortes futuros.
El contexto político añade incertidumbre a las decisiones de la Fed. Con Donald Trump en la presidencia, se espera una presión adicional sobre el banco central para reducir las tasas de interés. Trump ha sido un crítico frecuente de la Fed y ha manifestado su deseo de recortes inmediatos para estimular la economía. Sin embargo, la Reserva Federal actúa de manera independiente y no está obligada a seguir las exigencias del presidente. La relación tensa entre la administración y la Fed podría generar volatilidad en los mercados y afectar las expectativas de los inversionistas.
Si bien la inflación ha disminuido desde su pico en 2022, sigue por encima del objetivo del 2%, con un 2,4% en noviembre. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, es aún más preocupante, manteniéndose en 2,8%. Estos datos justifican la prudencia de la Fed, que prefiere evaluar el impacto de los recortes previos antes de hacer nuevos ajustes. No obstante, la economía sigue expandiéndose, con un crecimiento del PIB del 2,3% en el cuarto trimestre, aunque con señales de desaceleración en la inversión privada.
Los mercados han reaccionado con cautela ante la decisión de la Fed. Aunque los operadores preveían que no habría recortes en esta reunión, las expectativas apuntan a que el primer recorte podría darse en junio. Actualmente, se descuenta una tasa del 3,9% para finales de 2025, lo que implicaría al menos dos recortes de 0,25 puntos porcentuales este año. A pesar de esto, las acciones cayeron tras el anuncio, reflejando la incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria y las presiones que podrían venir desde el gobierno.
El panorama económico de EE. UU. sigue siendo mixto. Mientras el consumo se mantiene estable y el empleo es fuerte, la inflación persiste como una preocupación clave. La Fed enfrenta el desafío de equilibrar el crecimiento sin permitir que los precios vuelvan a dispararse. Con una administración que impulsa medidas agresivas y una economía que aún muestra signos de fortaleza, la política monetaria se encuentra en una encrucijada. La decisión de la Fed de mantenerse firme sugiere que, por ahora, la batalla contra la inflación aún no ha terminado.
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