La Reserva Federal se encuentra en el centro de atención global con su inminente primer recorte de tasas de 2025, previsto tras la reunión del 16 y 17 de septiembre. Los analistas esperan una reducción de 25 puntos básicos, lo que situaría los tipos en un rango de 4,00 % a 4,25 %. Si bien un recorte mayor parece improbable, el mercado aguarda con atención el “diagrama de puntos” de la Fed, que proyectará la ruta de la política monetaria hasta 2026. La decisión se toma en un contexto de empleo debilitado, crecimiento moderado y presiones inflacionarias aún presentes.
En el mercado laboral, la desaceleración es clara: en agosto apenas se añadieron 22.000 empleos, uno de los aumentos más bajos de los últimos años, mientras la tasa de desempleo subió a 4,3 %. A ello se suma la caída en las tasas hipotecarias, que pasaron a 6,39 % en septiembre, generando mayor refinanciación pero también reflejando debilidad en la demanda inmobiliaria. Estos indicadores justifican la flexibilización, aunque la inflación al 2,9 % interanual sigue por encima del objetivo del 2 %. Para la Fed, el desafío es equilibrar crecimiento y estabilidad de precios.
En el ámbito de los activos digitales, Bitcoin se mantiene cerca de los 116.500 dólares, con un alza del 3,5 % en la semana, mientras Ethereum avanza un 4 %, cotizando en torno a 4.500 dólares. Los flujos institucionales respaldan esta tendencia: entre el 8 y el 17 de septiembre, los ETF de Bitcoin atrajeron más de 2.800 millones de dólares en entradas netas, mientras que los de Ethereum sumaron casi mil millones. Además, los saldos de BTC en exchanges cayeron a 2,45 millones, un mínimo histórico que reduce la presión vendedora y refleja confianza de largo plazo.
No obstante, septiembre plantea un reto adicional por su historial negativo en los mercados. El S&P 500 ha promediado pérdidas del 0,68 % en este mes desde 1950, y Bitcoin suele mostrar caídas similares antes de repuntar en el último trimestre, fenómeno apodado “Uptober”. A este patrón se suman tensiones macroeconómicas como los nuevos aranceles estadounidenses, que presionan costos de producción y moderan el crecimiento. Con un PIB proyectado en 1,4 % para 2025, la incertidumbre económica sigue siendo un factor de volatilidad para acciones y criptomonedas.
Las opiniones de expertos están divididas. Anthony Pompliano sostiene que incluso un recorte modesto añadirá liquidez y fortalecerá un mercado que ya muestra un rally superior al 30 % en el S&P 500 en cinco meses. Por otro lado, analistas como Ted advierten que eventos estacionales como la triple brujería podrían detonar caídas de hasta 8 % en Bitcoin y mayores en altcoins. En este panorama, el consenso es que la tendencia alcista a mediano plazo se mantiene firme, aunque el corto plazo podría estar marcado por oscilaciones bruscas que demandan cautela estratégica.
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