Los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están avanzando activamente hacia la adopción de las Monedas Digitales de los Bancos Centrales (CBDC), según un estudio reciente realizado por el Centro de Innovación de Skólkovo y el centro analítico MINDSMITH. Los resultados indican que todos los países de la alianza se encuentran al menos en la etapa de prototipo de desarrollo de su propia CBDC, con algunos ya en pruebas piloto.
El principal atractivo de las CBDC para estos países es su potencial uso en transacciones transfronterizas. Los analistas sugieren que se espera que estas naciones integren CBDC en sus sistemas financieros en un futuro cercano. Como ejemplo, China comenzó a probar e implementar su CBDC en 2020, cubriendo 20 regiones y más de 270 millones de personas. A principios de 2023, circulaban en China 13.610 millones de yuanes digitales (2,000 millones de dólares).
Rusia también ha hecho progresos notables en esta área. Desde 2022, el Banco Central del país ha estado probando una plataforma prototipo para su CBDC, habiendo probado ya más de 40 funciones diferentes. Además, 13 de los 15 bancos que participaron en la prueba planean realizar un lanzamiento piloto para clientes reales. Se sugiere que la «tercera forma del rublo» podría ayudar a Rusia a comerciar de manera más efectiva con sus socios.
La adopción de las CBDC no se limita a las superpotencias económicas de Rusia y China. India, Sudáfrica y Brasil también han lanzado proyectos de CBDC. India introdujo un proyecto de rupia digital en 2022, con 15 ciudades ya participantes, mientras que Sudáfrica y Brasil lanzaron sus propios proyectos en 2021 y 2023 respectivamente.
El estudio concluye con una perspectiva interesante: la creación de una CBDC supranacional del BRICS. Esta moneda digital podría reducir la dependencia del comercio mundial y el sistema financiero global del dólar, al tiempo que fortalece la soberanía monetaria de los países del BRICS y proporciona un control unificado sobre sus políticas monetarias nacionales y extranjeras. La adopción de una CBDC común también optimizaría los costos de las transacciones transfronterizas entre los países del BRICS, creando un marco financiero verdaderamente globalizado y digital.