Tras el desplome del token OM, el CEO de Mantra, John Mullin, abordó las preocupaciones más urgentes de la comunidad durante una sesión AMA organizada por Cointelegraph. Con un tono directo, Mullin aseguró que la prioridad absoluta de la empresa es la recuperación del token. Aunque aún no se definen los mecanismos específicos, el ejecutivo adelantó que están trabajando en un plan de recompra y potencial quema de tokens, estrategias típicas para reducir el suministro circulante y aumentar el valor del activo. Sin embargo, la falta de plazos concretos genera incertidumbre en los inversores.
La caída del token OM hasta los $0,52 generó una oleada de rumores, incluyendo acusaciones de abandono por parte de inversores principales y control desmedido del suministro por parte del equipo de Mantra. Mullin negó rotundamente estas versiones, señalando como “infundadas” dichas afirmaciones. Respaldó sus declaraciones con un informe de transparencia publicado recientemente, el cual detalla las billeteras principales y evidencia la dualidad del ecosistema OM: uno basado en Ethereum y otro en la red principal. Esta estructura, aunque innovadora, puede generar confusión y percepción de centralización.
En cuanto a la distribución actual, Mullin destacó que Binance es el principal tenedor de tokens OM en la red Ethereum. No obstante, datos recientes revelan que la billetera dominante pertenece al exchange OKX, con control del 14% del suministro. Este detalle refuerza el argumento de la concentración, un riesgo potencial en cualquier criptoecosistema, ya que implica que un solo actor podría ejercer presión sobre el mercado. La descentralización efectiva sigue siendo un punto débil en muchos proyectos emergentes como Mantra.
Uno de los puntos que más tranquilizó a los seguidores del proyecto fue la continuidad del fondo MEF de 109 millones de dólares, presentado recientemente en colaboración con importantes firmas como Laser Digital, Brevan Howard y Damac. Este fondo busca impulsar el ecosistema y reforzar la infraestructura del proyecto. Aunque su lanzamiento coincidió con el desplome, Mullin reafirmó que se mantendrá activo como parte del plan de recuperación. La participación de capital de riesgo institucional es una señal positiva, pero genera expectativa sobre cómo se ejecutarán esas inversiones en medio de la crisis.
Por último, el CEO explicó que una de las transacciones más criticadas —el movimiento de 38 millones de OM a una billetera fría de Binance— fue simplemente la finalización de un programa de staking. También aclaró que muchas ventas abruptas se debieron a liquidaciones automáticas de una plataforma anónima tras la caída del token. Mullin insistió en que el equipo no se esconde y mantiene su compromiso con la transparencia. Aun así, los desafíos para restaurar la confianza son enormes, y el éxito dependerá no solo de promesas, sino de acciones concretas y sostenidas.
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