Las recientes liquidaciones masivas han sacudido el mercado cripto, dejando a Bitcoin y Ethereum entre los más afectados. Según el economista Alex Krüger, este fenómeno no representa un colapso, sino la capitulación necesaria para limpiar el exceso de apalancamiento. Curiosamente, muchas altcoins frenaron sus caídas antes que las principales criptomonedas, una divergencia interpretada como señal temprana de fortaleza. Krüger enfatiza que “el mejor momento para comprar es cuando reina el pánico, no en plena euforia”, sugiriendo que el contexto actual podría ofrecer una de las mejores oportunidades para los inversores estratégicos.
La expectativa ahora gira en torno a la próxima decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos. Un recorte de tasas, parcialmente anticipado en las valoraciones, podría marcar un cambio de rumbo, aunque la volatilidad persistirá hasta el anuncio. Krüger recalca que incluso si los precios continúan retrocediendo a corto plazo, el ciclo alcista no se ha roto. Para él, estas correcciones representan la salida de las manos débiles, no un derrumbe estructural, lo que refuerza la visión optimista frente al temor dominante.
Otro punto clave del análisis es la estructura del ciclo actual. Krüger descarta la idea de un desplome drástico, señalando que su modelo de “superciclo” anticipa un crecimiento gradual con retrocesos moderados, en contraste con los patrones explosivos del pasado. Este enfoque implica un mercado más estable y menos propenso a caídas violentas, aunque menciona a Solana como posible excepción, dado su fuerte apetito de compra. Este comportamiento diferenciado podría convertirla en un activo estrella, consolidando su posición en la élite cripto.
En cuanto a las proyecciones a largo plazo, Krüger apunta a 2026 como el año en que el mercado alcanzará un nuevo máximo significativo, impulsado por ajustes macroeconómicos y cambios en la política de la Fed. Hasta entonces, espera un avance sostenido, sin las burbujas parabólicas que caracterizaron ciclos anteriores. Este escenario plantea oportunidades para quienes buscan acumular antes de la próxima gran ola, especialmente en proyectos sólidos con fundamentos claros y una adopción creciente.
Finalmente, el sentimiento del mercado muestra señales alentadoras. Pese a la reputación bajista de septiembre, Krüger lo considera “ruido estadístico” más que una amenaza real. Los datos de opciones revelan una ligera inclinación alcista, con primas en puts superiores a calls, reflejando cobertura más que miedo extremo. Con la psicología del inversor en equilibrio y la liquidez purgada, el economista sostiene que la actual turbulencia no es el fin, sino el preludio de una recuperación robusta. Para los inversores inteligentes, este momento podría ser la puerta de entrada al próximo gran movimiento.
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