La economía estadounidense muestra nuevas señales de fragilidad, especialmente en el mercado laboral, lo que ha reavivado las apuestas por un inminente recorte de tasas por parte de la Reserva Federal. Según el Departamento de Trabajo, las solicitudes de desempleo aseguradas aumentaron a 1,974 millones, el nivel más alto desde noviembre de 2021. Este indicador refleja una desaceleración en la contratación y podría empujar a la Fed a flexibilizar su política monetaria antes de lo previsto. Para los inversores, este panorama negativo se traduce en optimismo: tasas más bajas significan crédito más barato y, por ende, más liquidez en los mercados.
El entusiasmo de los operadores se reflejó con fuerza el jueves 26 de junio. El Dow Jones lideró la jornada con una ganancia de 343 puntos (0,80%), mientras que el S&P 500 se acercó a su récord histórico al subir 0,65%, alcanzando los 6.132 puntos. El Nasdaq, dominado por gigantes tecnológicos, subió un 0,70%. Esta respuesta positiva muestra cómo los inversores valoran la posibilidad de recortes de tasas, especialmente en un contexto donde la renta variable puede ofrecer mayores retornos frente a bonos con rendimientos moderados por la política monetaria.
Nvidia, referente del sector tecnológico y de inteligencia artificial, continúa rompiendo récords. Tras alcanzar un máximo histórico esta semana, la compañía superó a Microsoft en capitalización bursátil, valorándose en 3,77 billones de dólares. Este repunte ha contagiado a otras empresas de semiconductores, especialmente en los mercados asiáticos, donde firmas como TSMC y Samsung también registraron subidas. El auge tecnológico actúa como motor de crecimiento en un momento donde otras áreas de la economía presentan señales de desaceleración.
Mientras tanto, el panorama geopolítico parece ofrecer una tregua. Con la estabilización de las tensiones en Oriente Medio, los focos se centran completamente en la política monetaria de la Fed. Las cifras del empleo, aunque inquietantes para la economía real, han sido interpretadas como una “buena señal” por los mercados de riesgo, dado que aumentan la probabilidad de estímulos financieros. Esta dicotomía entre economía real y mercados financieros refleja cómo las malas noticias pueden, paradójicamente, convertirse en catalizadores alcistas.
En el plano político, la presión sobre Jerome Powell no cesa. El expresidente Donald Trump ha reiterado su descontento con la actual dirección de la Fed y aseguró estar cerca de nombrar un sustituto, aunque no confirmó que lo haría antes de 2026. Powell, sin embargo, ha defendido con firmeza la independencia del organismo. La posibilidad de un recorte de tasas podría responder tanto a factores técnicos como a presiones políticas, un terreno delicado que podría influir no solo en los mercados, sino también en la credibilidad institucional de la Reserva Federal.
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