En un pasado reciente, el metaverso ocupaba el centro de atención en el mundo tecnológico. Mark Zuckerberg lo presentaba como un mundo virtual inmersivo en el que podríamos vivir, trabajar y socializar sin importar nuestra ubicación física.
La promesa era seductora, pero la realidad ha demostrado ser desafiante. Zuckerberg, con su visión ambiciosa, apostó fuertemente por el metaverso, pero ahora, la inteligencia artificial acapara el escenario.
El metaverso de Zuckerberg, en teoría, suena atractivo, pero en la práctica, enfrenta una serie de obstáculos importantes.
Los dispositivos de realidad virtual de Meta son costosos y poco prácticos, y la falta de contenido atractivo ha alejado a los usuarios.
A pesar de tener más de 3,000 millones de usuarios en sus redes sociales, la división de realidad virtual y aumentada de Meta tiene un seguimiento limitado y efímero.
El control de Apple y Google sobre la distribución de aplicaciones en teléfonos inteligentes representa un obstáculo significativo para Meta.
Dependemos en gran medida de nuestros dispositivos móviles, y estas dos empresas tienen el control absoluto. Zuckerberg cree que el metaverso es el futuro, pero muchos cuestionan su visión y se preocupan por las implicaciones éticas y de privacidad que conlleva.