En un discurso cuidadosamente medido desde el Club Económico de Chicago, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, abordó con cautela el estado actual de la economía estadounidense. Aunque señaló que el país aún muestra señales de salud financiera, Powell fue contundente al anunciar que el crecimiento se ha moderado respecto al año anterior. Los datos del PIB del primer trimestre de 2025 muestran una desaceleración, impulsada por un gasto del consumidor más débil y un aumento en las importaciones que mermó la producción nacional. Esta combinación mantiene a la Fed en una posición de observación meticulosa.
Uno de los focos centrales fue la inflación, que continúa obstinadamente por encima del objetivo del 2%. Según el índice PCE, la inflación general se ubicó en 2,3%, mientras que la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se elevó a 2,6%. Este fenómeno genera preocupación, ya que a pesar de un mercado laboral robusto, los precios siguen resistiéndose a moderarse. La Fed ha logrado avances históricos al controlar la inflación sin generar un aumento abrupto del desempleo, algo que usualmente requiere sacrificios más severos en la actividad económica.
Powell también alertó sobre las posibles consecuencias de las nuevas políticas comerciales impulsadas por la administración de Donald Trump. El regreso de aranceles significativos sobre productos clave, especialmente provenientes de China, podría presionar aún más los precios al alza. Además, las recientes restricciones de exportación de chips H20 de Nvidia, con una pérdida estimada de $5.5 mil millones, evidencian el impacto negativo que estas decisiones pueden tener en el sector tecnológico, afectando también a los mercados bursátiles y criptoactivos, ya visiblemente tensos.
En cambio, el panorama laboral continúa siendo un ancla de estabilidad. El empleo mensual promedio aumentó en 150.000 puestos a inicios de 2024, mientras el desempleo se mantiene en mínimos históricos. A pesar de una desaceleración en el ritmo de crecimiento salarial, los sueldos aún superan la inflación, lo que protege el poder adquisitivo de los hogares. Este equilibrio precario permite a la Fed ganar tiempo antes de tomar decisiones drásticas sobre las tasas de interés, pero también exige vigilancia constante para evitar una caída inflacionaria.
Finalmente, Powell apeló a la paciencia y al análisis riguroso de datos antes de mover cualquier ficha monetaria. Reconoció que el mandato dual de la Fed —pleno empleo y estabilidad de precios— podría entrar en conflicto si persiste la inflación sin desaceleración económica clara. En un guiño inesperado, citó a Ferris Bueller para recordar que los eventos económicos pueden girar rápidamente. En consecuencia, la Fed continuará escrutando cada variable macroeconómica antes de actuar, consciente de que cualquier movimiento en falso podría desestabilizar un delicado equilibrio económico nacional e internacional.
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