Robert Kiyosaki, reconocido autor de Padre Rico, Padre Pobre, ha reafirmado su postura optimista hacia bitcoin, incluso mientras el mercado experimenta una fuerte corrección. Para el escritor, estas caídas representan ajustes temporales dentro de una transformación monetaria más amplia. En sus mensajes recientes, destacó que la caída de BTC se alinea con una crisis global de liquidez, provocada por una creciente demanda de efectivo. Como ejemplo, mencionó cómo diversos mercados —desde acciones hasta materias primas— registran descensos simultáneos, reforzando su tesis de que se trata de un fenómeno sistémico y no aislado.
En sus publicaciones del 15 de noviembre, Kiyosaki enfatizó que planea incrementar su posición en bitcoin cuando finalice la caída actual. Argumentó que la oferta limitada de 21 millones de BTC es uno de los factores clave que lo motivan a seguir acumulando. Este enfoque contrasta con inversores que reaccionan con ventas impulsivas durante periodos de volatilidad. Según Kiyosaki, la paciencia y la visión a largo plazo son esenciales, señalando que su primera compra fue cuando BTC cotizaba cerca de los $6,000, un ejemplo que usa para subrayar su estrategia de compra oportunista.
El autor también defendió su decisión de no vender durante el desplome argumentando que la economía global atraviesa un ciclo de deuda insostenible. Para ilustrarlo, explicó que gobiernos y empresas recurren a más préstamos mientras los bancos centrales imprimen dinero para sostener sus obligaciones. Este “exceso de deuda”, afirma, es el detonante de una posible “Gran Impresión” que encarecería activos como el oro, la plata y las criptomonedas. Entre los puntos favorables destaca su visión de bitcoin como resguardo ante la inflación monetaria; como desventaja, reconoce que su volatilidad sigue siendo un desafío para ciertos inversionistas.
Kiyosaki reiteró además sus precios objetivo para 2026: $27,000 para el oro, $100 para la plata, $250,000 para bitcoin y $60 para ether. Explicó que su estimación para ethereum se basa en la Ley de Metcalfe, utilizada para medir el valor de redes digitales según el crecimiento de sus usuarios. Estos objetivos sirven como guía para su estrategia de inversión a largo plazo. Sin embargo, también implican riesgos, pues dependen de escenarios económicos específicos, como una depreciación acelerada de las monedas fiduciarias o una crisis de deuda más profunda.
El escritor añadió que, para muchos, la barrera de entrada de BTC es alta, especialmente si su precio llegara a superar los $100,000. No obstante, recordó que es posible comprar fracciones de bitcoin, reforzando su mensaje de accesibilidad gradual. Recalcó uno de sus principios recurrentes: “la ganancia se hace cuando compras, no cuando vendes”, puntualizando que busca adquirir activos cuando los mercados están deprimidos. En síntesis, Kiyosaki sostiene que bitcoin y otros activos duros funcionan como protección ante la erosión del valor del dinero tradicional en un entorno financiero global cada vez más frágil.
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