El 2020 no fue un año del todo negativo en lo que a criptoactivos respecta. El robo de criptomonedas y piratería bajó de manera vertiginosa. Todas las acciones de hurto y estafa disminuyeron un 57%, esto se traduce en 1.9 mil millones de dólares que se mantuvieron a salvo. A pesar de ello, no todo es bueno, el crimen en las plataformas de finanzas descentralizadas sí aumentó considerablemente y sin freno alguno. Es una situación preocupante debido a que las cifras están comenzando a ser alarmantes para toda la comunidad.
El robo de criptomonedas es un tema muy complicado
En primer lugar, el 2019 fue un año ideal para todos los delincuentes que habitan en el mundo de los criptoactivos. Las cifras de hurtos y fraudes alcanzaron un pico máximo que sobrepasó los 4.5 mil millones de dólares. Se trata de un monto increíblemente alto que en ningún momento fue repuesto o investigado por entidad alguna.
En 2020 el fraude se mantuvo en todo lo alto, la estafa fue la estrategia más común en los actos delictivos perpetrados en el ciberespacio. Alrededor de 129 millones de dólares fueron robados a través del hackeo en plataformas vinculadas a las finanzas descentralizadas (DeFi). Todo lo que tuvo que ver con transacciones en sistemas que hacen posible una serie de préstamos fuera de los bancos estuvo en riesgo.
Las cifras son altas, pero irán disminuyendo
A pesar de que los números son alarmantes, lo que se espera en un futuro cercano es bastante positivo. Los robos a las plataformas descentralizadas irán cayendo paulatinamente a medida que la seguridad mejore. Por lo general, los sistemas no centralizados son recientes y se tienen que enfrentar a una cantidad de problemas agobiantes cuando están iniciando.
Por otro lado, actualmente se están aplicando leyes y esquemas de regulación a cada una de las plataformas. Todo esto se hace con el fin de combatir el fraude de manera efectiva y contundente. Tarde o temprano los delincuentes se verán presionados y tendrán que abandonar los métodos fraudulentos que aplican en Internet.
Las plataformas DeFi son las más afectadas
Esto ocurre porque en este tipo de sistema no intervienen los organismos de la ley. Así que, muchas veces operan bajo el mando de la anarquía. Por ejemplo, hay una gran cantidad de sistemas que no cuentan con ningún tipo de reglas ni piden identificación alguna a sus clientes. Lógicamente, esto da paso al lavado de dinero y a las estafas, por ende, se convierten en el ámbito predilecto de los delincuentes.
En 2020 los sistemas DeFi estuvieron a la orden de los actos ilegales. Las direcciones de Bitcoin con vínculos criminales hicieron transacciones por más de 3.5 mil millones de dólares en BTC. Por lo general, dichas direcciones pertenecían al mercado negro, creadores de ransomware, piratas informáticos y estafadores. Como es de esperar, los Bitcoins producto del delito serán convertidos en moneda fiduciaria y, posteriormente, irán a parar a una cuenta bancaria.
Claramente, aún queda mucho camino por delante para que todo lo que esté relacionado con DeFi sea seguro y legal. Pero, la buena noticia es que las plataformas están mejorando su seguridad y calidad del servicio paulatinamente.