La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) abrió la puerta a un debate crucial: la posible aprobación del ETF Canary Staked INJ, un fondo que replicaría el rendimiento del token nativo de la blockchain Injective (INJ) con staking integrado. El regulador ha solicitado comentarios públicos durante los próximos 21 días antes de tomar una decisión definitiva en un plazo máximo de 90 días. Este movimiento no solo representa un paso significativo para la industria, sino que también refleja la creciente apertura hacia productos financieros que incorporan funciones avanzadas como el staking.
La propuesta de Canary busca listar el ETF en la bolsa CBOE BZX, destacando que Injective ha logrado una capitalización de mercado superior a 1.400 millones de dólares, lo que, según la presentación, reduce la posibilidad de manipulación de precios. El documento argumenta que el comercio global y constante de INJ dificulta operaciones ilícitas, incluso más que en mercados tradicionales como acciones o futuros. Esta postura podría fortalecer la narrativa de que los activos digitales bien consolidados ofrecen estabilidad comparable —o incluso superior— a los instrumentos financieros clásicos.
Sin embargo, la propuesta no está exenta de desafíos. Aunque el staking en un ETF aporta rendimientos adicionales y atractivo para los inversores, también introduce complejidades regulatorias. En meses recientes, la SEC ha manifestado posturas ambiguas respecto al staking, llegando a considerar que ciertas funciones no caen bajo su jurisdicción. Esto crea un panorama incierto: por un lado, los inversores minoristas y grandes fondos ven en estos productos una oportunidad de obtener ingresos pasivos; por otro, las autoridades buscan prevenir riesgos asociados con custodia y transparencia en la distribución de recompensas.
Este movimiento no ocurre en aislamiento. Otras compañías como VanEck han presentado propuestas similares, incluyendo un ETF basado en JitoSOL, un token de staking líquido de la red Solana. Incluso el ETF de REX-Osprey ha integrado recompensas mediante asociaciones estratégicas, evidenciando que el interés por combinar liquidez y staking en vehículos regulados es cada vez mayor. La competencia por liderar este segmento del mercado se intensifica, y la aprobación de INJ podría convertirse en el catalizador para una ola de productos cripto más sofisticados en EE.UU.
Por último, este debate se da en un contexto donde la SEC ha mostrado cierta flexibilidad. En mayo, aclaró que la mayoría de las funciones de prueba de participación no son consideradas valores, un mensaje que genera optimismo entre desarrolladores e inversores. No obstante, el regulador mantiene un enfoque prudente, como lo demuestra el retraso en la decisión sobre el WisdomTree XRP Fund, ahora programada para octubre. Si la SEC aprueba el ETF Canary Staked INJ, marcaría un precedente histórico: la integración del staking en productos cotizados regulados, abriendo un nuevo capítulo en la convergencia entre finanzas tradicionales y blockchain.
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