SoftBank ha intensificado su estrategia en el ámbito de la inteligencia artificial al vender parte de sus acciones en Nvidia para financiar nuevas iniciativas tecnológicas. Según Masayoshi Son, esta decisión responde a la necesidad de liberar capital para apoyar proyectos emergentes, como inversiones directas en OpenAI y el desarrollo de centros de datos avanzados. Este movimiento refleja la visión de Son de reposicionar al conglomerado japonés en el centro de la próxima ola de innovación global.
En los últimos meses, SoftBank ha anunciado una cadena de proyectos orientados a potenciar infraestructuras estratégicas. Entre ellos destacan sus planes para construir centros de datos a gran escala diseñados para procesar modelos de IA cada vez más exigentes. Por ejemplo, la compañía está evaluando instalaciones capaces de manejar cargas de cómputo comparables a las utilizadas por gigantes tecnológicos estadounidenses. Esta expansión también incluye alianzas con proveedores de chips y plataformas de nube, con la intención de fortalecer un ecosistema competitivo.
Son ha restado importancia a los temores sobre una posible burbuja en el sector de la inteligencia artificial. Asegura que la demanda actual no solo es sostenible, sino que seguirá creciendo a medida que más industrias integren sistemas automatizados. Entre los argumentos de Son está la rápida adopción de IA generativa en sectores como salud, logística y finanzas, donde empresas ya dependen de modelos avanzados para optimizar procesos y reducir costos. Aunque algunos críticos advierten sobre valoraciones excesivas, Son sostiene que el potencial aún no está totalmente monetizado.
Uno de los puntos más controversiales es la afirmación de Son de que la “súper IA” podría añadir al menos un 10% al PIB global. Según él, esta cifra se alcanzaría gracias a mejoras en productividad, automatización de tareas complejas y optimización industrial. Como ejemplo, señala cómo las fábricas inteligentes ya están recortando tiempos de producción en más de 30% o cómo los sistemas de IA permiten reducir errores humanos en sectores críticos. Sin embargo, especialistas destacan riesgos como dependencia tecnológica, desigualdad laboral y posibles fallas regulatorias.
La estrategia de SoftBank presenta ventajas claras, como mayor agilidad para invertir en tecnologías emergentes y posicionarse como líder en infraestructura para IA. No obstante, también implica riesgos significativos. La venta de acciones de Nvidia podría percibirse como una pérdida de exposición a una de las compañías más rentables en el sector de chips. Además, el mercado de IA es altamente competitivo y requiere inversiones continuas que podrían presionar las finanzas del conglomerado. Aun así, Son apuesta a que este es el camino hacia una expansión tecnológica sin precedentes.
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