Vitalik Buterin, uno de los cerebros detrás de Ethereum, ha revelado una audaz hoja de ruta para transformar la privacidad dentro del ecosistema blockchain. En su propuesta del 11 de abril, plantea una integración directa de funciones privadas en las billeteras de Ethereum (ETH), eliminando la necesidad de herramientas externas. Por ejemplo, al usar Railgun o Privacy Pools, los usuarios podrían enviar fondos desde un “saldo protegido”, una opción que Buterin sugiere activar por defecto. Este enfoque promete proteger la identidad del usuario, aunque podría aumentar la complejidad técnica y ralentizar la adopción entre novatos.
Uno de los puntos más disruptivos es su llamado a rediseñar las finanzas descentralizadas (DeFi) y las DApps, limitando su interacción a una sola dirección por aplicación. Esto sacrifica parte de la comodidad actual, donde una sola wallet interactúa con múltiples plataformas. No obstante, según Buterin, este cambio reduciría los rastros digitales públicos y evitaría que observadores externos conecten diferentes actividades. Aunque la medida mejora el anonimato, su implementación requerirá una reeducación masiva del usuario y una redefinición de los estándares de desarrollo en el espacio cripto.
En el plano del protocolo, Buterin propone dos pilares clave: la EIP-7701 y FOCIL. La primera mejora la abstracción de cuentas, permitiendo que las transacciones privadas se realicen sin depender de intermediarios visibles, como repetidores. Esto elimina posibles puntos de censura o ataque. Por otro lado, FOCIL garantiza que las transacciones, incluso las más protegidas, no sean rechazadas por los nodos, reforzando así la resistencia a la censura. Si bien ambas soluciones fortalecen la privacidad, podrían generar tensiones con reguladores que exigen trazabilidad en las operaciones financieras.
En cuanto a la infraestructura de acceso a la blockchain, Buterin plantea mejoras revolucionarias en los sistemas RPC. A corto plazo, sugiere usar entornos de ejecución confiables (TEE), que aíslan datos y evitan su recolección indebida. A largo plazo, apuesta por los protocolos de recuperación de información privada (PIR), que permiten a los usuarios consultar la cadena sin revelar qué están consultando. Esta tecnología, aún en evolución, representa un salto cuántico en seguridad criptográfica, aunque podría ralentizar el rendimiento de las consultas si no se implementa eficientemente.
Finalmente, la propuesta incluye una visión futurista para las wallets: conectarse a múltiples servidores RPC, utilizar uno diferente por cada DApp y aprovechar redes mixtas para ocultar metadatos. Esta arquitectura, combinada con protocolos de agregación de pruebas, promete reducir las comisiones significativamente al interactuar con herramientas de privacidad. No obstante, esta sofisticación también podría hacer más difícil la experiencia del usuario promedio. Buterin apunta a una Ethereum más privada, pero el reto será lograrlo sin sacrificar la accesibilidad, la velocidad y la interoperabilidad que caracterizan a su ecosistema actual.
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