SEC Debatirá sobre la Futura Clasificación de la Criptomonedas securities” (valores) y “commodities” (mercancías)

La industria de las criptomonedas ha enfrentado la atención y escrutinio de entidades regulatorias en todo el mundo, y en los Estados Unidos no es la excepción. La Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC) está considerando la clasificación de las criptomonedas, lo cual podría tener consecuencias cruciales para el futuro de estos activos digitales. La disputa se centra en dos posibles categorías: “securities” (valores) y “commodities” (mercancías), las cuales implican diferentes niveles de regulación y control.

 

El panorama regulatorio es complicado. Las «securities» son reguladas por la SEC y sujetas a una legislación estricta y abundante en impuestos, mientras que las «commodities» son supervisadas por la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), con una regulación más flexible. La aplicación de la ley depende de los detalles específicos de cada criptomoneda y se evalúa mediante el «test de Howey», un conjunto de criterios que establece si un activo es una «security». Por ejemplo, Bitcoin no parece cumplir con todos los criterios para ser considerado una «security», pero para altcoins como Cardano, la situación es más ambigua.

 

La prueba de Howey establece que una transacción es una inversión de contrato si cumple con los siguientes criterios:

  1. Hay una inversión de dinero.
  2. La inversión se realiza en una empresa común.
  3. Se espera un beneficio de la inversión.
  4. Este beneficio proviene principalmente del esfuerzo de terceros.

 

Al analizar Cardano (ADA) mediante el «test de Howey», encontramos zonas grises. Mientras que ADA ciertamente cumple con algunos de los criterios, como ser una inversión financiera y generar beneficios derivados del trabajo ajeno, hay argumentos en contra de que se cumplan todos. La red de Cardano seguiría existiendo y generando bloques incluso si las entidades que la supervisan desaparecieran, poniendo en duda si realmente está «controlada» por una entidad en el sentido en que se requiere para una «security». Además, el precio de ADA no está determinado exclusivamente por el trabajo de estas entidades, sino por el mercado, lo que debilita otro criterio del test de Howey.

 

Existen además incongruencias en el enfoque de la SEC. Por un lado, argumentan que ADA es una «security» porque depende de la Fundación Cardano, pero ¿significa eso que Ethereum también lo es porque depende de la Fundación Ethereum? Además, apuntan a la quema de tokens como un criterio para ser «security», pero esto aplicaría a cualquier criptomoneda con un sistema de quema de tokens, lo que amplía aún más el alcance del término. La SEC también puede enfrentar humillación si pierde su caso contra Ripple (XRP), que está siendo demandado por ser una «security».

 

La confusión y las contradicciones subrayan el desafío de regular las criptomonedas de una manera justa y efectiva. Europa ha optado por una solución potencialmente más práctica, creando una categoría propia para las criptomonedas. Mientras tanto, en Estados Unidos, la incertidumbre reina. La decisión final de la SEC tendrá implicaciones de gran alcance para las criptomonedas y para aquellos que las invierten, operan o simplemente las usan.

 

En medio de este paisaje regulatorio incierto, es crucial que los inversores y los participantes del mercado de criptomonedas estén conscientes de los posibles desafíos y riesgos. Las decisiones de la SEC podrían alterar significativamente el atractivo y la viabilidad de ciertas criptomonedas, y se podrían enfrentar a más impuestos o a regulaciones más estrictas.

 

A pesar de las incertidumbres, hay oportunidades. Si se establecen regulaciones claras y justas, podrían aumentar la confianza de los inversores y abrir el camino para una adopción más amplia de las criptomonedas. Los proyectos de criptomonedas con transparencia, buena gobernanza y modelos de negocio sólidos podrían prosperar en un entorno regulado.

 

Sin embargo, el camino a seguir está lejos de estar claro. Las criptomonedas representan una nueva frontera en el mundo financiero, y su regulación es un tema complejo y en constante evolución. Las entidades regulatorias como la SEC enfrentan la difícil tarea de proteger a los inversores y mantener la integridad del mercado, mientras permiten la innovación y el crecimiento en el espacio criptográfico.

 

Por ahora, el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos y en todo el mundo sigue siendo un interrogante. Pero una cosa es cierta: independientemente de las decisiones de la SEC o de otras entidades regulatorias, las criptomonedas han llegado para quedarse. Cómo se adapten y evolucionen en respuesta a las regulaciones emergentes determinará en gran medida su lugar en el panorama financiero global.

 

 

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